Ahora me gustaría hablar del título de este blog.
No es una frase retórica ni una casualidad el haber escogido este y no otro. Verán el ser humano posee, a parte de su sistema común de almacenamiento de los recuerdos, memorias, vivencias, experiencias, etc., otro mecanismo para archivar información, por llamarlo de laguna manera, que son los instintos. Éstos son afines a todas las especies que habitan el planeta, se transmiten de generación en generación,y son la herramienta por excelencia para la supervivencia.
A diferencia de los demás animales, el ser humano a reprimido en un porcentaje muy alto, sus instintos básicos. Todo un aceitado "reloj suizo" está detrás de este hecho incuestionable. Las normas sociales de conducta "moralmente correcta" han sido desde el principio y hasta nuestros días las responsables visibles de esto. La integración y la inter-relación de los seres apostados en grandes sociedades es la justificadora incuestionable de las frases típicas: "no te dejes llevar", "usa la cabeza", "actúa con frialdad", etc, etc. Evidentemente, y vale la pena aclarar, que nadie está sugiriendo que deberíamos actuar como salvajes que se devoran y asesinan unos a otros, ni nada por el estilo.
El punto al que quiero llegar es simple, como casi todas las cosas que el ser humano a tildado de complejas y no lo son, en lo que se refiere a su conducta. El hombre actual es un individuo insatisfecho, desorientado e incompleto. Me pregunto si alguno de ustedes nunca sintió alguna vez que algo no encajaba en su vida, que algo andaba mal. La repuesta es tajante: todos, y digo todos, hemos sentido alguna vez que falta algo, que algo está mal. Y por su puesto no sabemos que es.
En un mundo dónde la fe es depositada a plazo fijo, o en cuentas de ahorro, acciones, inmuebles, etc, los Gurús de las finanzas (los apóstoles de la nueva era), los templos sagrados de la economía, la tierra santa de los nuevos mercados, se han convertido en el motor esencial, en la fuerza todopoderosa que mueve la tierra.
El hombre se ha alejado de la espiritualidad. Del contacto divino con las fuerzas de la creación. Las sombras opacan la vista y no dejan a la luz incursionar más allá. No tengan dudas que en la información genética que recibimos de nuestros padres, y que ellos han recibido de los suyos a su vez, está la memoria de nuestra esencia espiritual así como un instinto más para poder sobrevivir. Así como respiramos sin pensar hubo un tiempo en que supimos habitarnos internamente y sentir dentro de nosotros la divinidad, la inter-conexión con el cosmos.
Desgraciadamente para nuestros intereses, este sexto sentido lo perdimos, especialmente la sociedad occidental. Dando a los demás sentidos la potestad absoluta para "convencer" a nuestro cerebro que las cosas son de una manera y no de otra, o de otra, o de otra...
De ahí el título. Una memoria fundamental sin un recuerdo que la defina como parte de nuestra experiencia. Lisa y llanamente un instinto perdido.
Desde aquí jamás haré apología de religión alguna. Si hablaré a manera de ejemplo, de maestros o guías espirituales(personas de carne y hueso como tú o como yo) cuyo legado es digno de mencionar, y por qué no, imitar o seguir.
Hasta aquí la explicación...
Quisiera mencionar también que una de mis pasiones es la poesía, por lo cual no descarto adjuntar al final de algún post (o al medio, o al principio) algún poema de mi autoría o de alguno de mis autores favoritos, o de los no tanto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario